Cuando hablamos de tatuajes japoneses, nos imaginamos los hermosos y súper coloridos diseños de geishas, samuráis, figuras fantásticas, flores naranjas, animales, etc.
En realidad, el tatuaje en Japón ha sufrido profundas transformaciones a lo largo del tiempo, adquiriendo diferentes finalidades, características pero sobre todo diferentes significados a lo largo de los siglos.
En este artículo, dividido en dos partes, resumiremos brevemente las distintas etapas de la historia de los tatuajes japoneses, centrándonos en el significado que tienen para la cultura local. ¡Disfruta de la lectura!
Irezumi: la marca de los criminales
El irezumi es un estilo de tatuaje nacido en Japón y luego extendido por todo el mundo. El término se puede traducir como “insertar tinta negra” y hace referencia a un arte muy antiguo, que data de varios siglos antes de Cristo, en el que los tatuajes eran probablemente adornos con fines de culto.
Lo que sabemos con certeza es que desde el año 700 hasta el 1600 dC en Japón, los tatuajes se usaban para «marcar» a los prisioneros y criminales para distinguirlos del resto de la población. Además, el tatuaje representaba haberse manchado con una culpa indeleble.
La marca consistía en marcas negras a lo largo de los brazos, una especie de «banda criminal». Alternativamente, el delincuente fue señalado con un tatuaje en la cara. Parece, pues, que en algunas ciudades japonesas se añadió una línea al criminal por cada fechoría cometida. El objetivo era escribir el ideograma de la palabra «perro» en su frente.
El tatuaje como símbolo de unión
Las cosas cambiaron con el comienzo del período Edo-Togukawa (siglo XVII), gracias a la proliferación de lugares para la diversión y el placer. El tatuaje adquirió un significado simbólico y sentimental .
Este es el caso del irebokuro , un tatuaje en pareja. Este consistía en un punto negro (similar a un lunar) impreso en una zona específica de la mano. El objetivo era poder tocarlo con el pulgar cada vez que tomabas de la mano a tu pareja.
Además, entre los enamorados, sobre todo entre las mujeres, estaba muy extendido el kishobori , un tatuaje destinado a indicar la devoción por la amada, seguido del ideograma inochi , cuyo significado es “vida”. Sin embargo, estos tatuajes fueron luego prohibidos porque contrastaban con la aprobación masiva que impuso el régimen.